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Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

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viernes, agosto 26, 2011

Mejor bajo presión

Para el autor de Better Under Pressure, los mejores líderes son optimistas realistas, supeditan su accionar al propósito de la compañía y encuentran orden en el caos.

Según Justin Menkes, consultor de Spencer Stuart, firma especializada en búsqueda de ejecutivos y autor de Executive Intelligence, los mejores líderes son aquellos que tienen la habilidad de realizar su potencial y el de su tropa, o sea, de dar lo mejor de sí mismos y sacar lo mejor de su gente. En su nuevo libro, Better Under Pressure, Menkes presenta tres “catalizadores” para realizar el potencial: optimismo realista, supeditación al propósito y buscar orden en el caos.

Cómo ser optimista sin perder la cabeza

El optimismo realista es autoconfianza sin irracionalidad ni auto engaño, escribe Menkes. La gente que tiene este rasgo no teme atacar metas audaces, pero también son plenamente conscientes de los desafìos y dificultades que deben afrontar.

Para ser realísticamente optimistas, explica Menkes, los líderes deben tener “conciencia de las circunstancias”, una capacidad para ver el mundo como es, a la vez positivo y negativo, y creer firmemente en las propias capacidades para cambiar circunstancias o situaciones.

Menkes ilustra la habilidad para ver el mundo tal como es a través de la historia de "Randy," un ejecutivo de una compañía de seguros entrevistado para un cargo alto en una las principales aseguradoras de Estados Unidos (Menkes esconde el nombre por razones de privacidad).

La entrevista tuvo lugar poco después del colapso de AIG, que se debió en gran medida a las relaciones de la compañía con canje créditos incumplidos de alto riesgo. A Randy le intrigaban las operaciones, pero se mantuvo cauteloso. Le parecía que había temas de riesgo que sus competidores no parecían advertir.

Como resultado, según Menkes, Randy creó “una subsidiaria desconectada del resto de la corporación que tenía un pequeño negocio en esos productos." Visto retrospectivamente, la medida podría parecer genial, pero para Randy era simplemente cuestión de “sopesar riesgo y recompensa”, escribe Menkes.

Randy era realista tanto para lo positivo y lo negativo de esos canjes. Y también tuvo la humildad de admitir que no estaba seguro adónde podría ir ese nuevo mercado. Su método reflejó optimismo realista, estaba dispuesto a dar una oportunidad al nuevo producto pero no se contagió con el entusiasmo que mostraron otras compañías, que luego lo lamentaron.

Dar la pelea

Supeditación al propósito, el segundo de los tres catalizadores significa total dedicación a una meta. Esto significa simplemente que los grandes líderes equiparan progreso hacia su meta con satisfacción emocional. En última instancia son esclavos del más noble propósito de la empresa.

El tercer catalizador es encontrar orden en el caos, dice Menkes. Esta es la habilidad de cortar directamente a través de múltiples problemas para encontrar soluciones y resoluciones que otros no ven. Mantener la mente clara y el impulso para resolver problemas son dos atributos clave en líderes que logran poner orden en el caos.

Finalmente, Menkes realizó entrevistas en profundidad con 60 de los mejores directores ejecutivos en Estados Unidos y extrae conclusiones de una encuesta entre otros 200 líderes. El resultado es una explicación clara de tres atributos centrales que separan a los líderes que hacen frente a cualquier desafío de los que se derrumban ante la adversidad.

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