Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

viernes, marzo 29, 2013

Management y felicidad


En Neuro-Management Carlos Herrero relaciona conceptos de management, estrategia, cerebro y ser humano con empresa, educación, antropología, psicología, biología, medicina y neurología.
 A lo largo de la obra el autor ofrece modelos alternativos para evitar las carencias que saltan a la vista en la actual gestión empresarial o management. 

Herrero sostiene  que las empresas actuales, por el hecho de existir y de sobrevivir, son adaptativas, o sea que responden a las leyes de la evolución.

Pero al no tener en cuenta la búsqueda de la felicidad, son caldo de cultivo para el estrés, la insatisfacción y el desencanto en muchas personas.

¿Por qué hoy se plantea incluir la felicidad como factor a tener en cuenta?

Porque se observan con claridad fenómenos de malestar, de inadaptación, de ansiedad, de estrés en los individuos que trabajan en empresas. 

Quizás esos fenómenos de inadaptación, de no identificación con la organización, de ausentismo que se da actualmente  sea el precio que haya que pagar para que las empresas estén adaptadas.

Pero también se sabe, dice, que se castra la creatividad y que lo último que desean los empleados es estar cerca de los jefes; y podemos presumir que también sería cierta la afirmación opuesta porque los sentimientos suelen ser recíprocos: los directivos tampoco quieren estar cerca de sus empleados. 

En resumen, las empresas actuales son el resultado de la evolución cultural de las organizaciones y están bien adaptadas a los entornos actuales.

Sin embargo, su mismo estadio de desarrollo nos está llevando a cuestionarnos muchas de sus premisas porque quienes no estamos bien adaptados somos los humanos que trabajamos en ellas.

Existe una disonancia entre lo que nos pide nuestro cerebro y lo que tiene que dar para adaptarse a las organizaciones. He aquí la causa del ausentismo y del burn-out. 

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