Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

lunes, abril 27, 2015

Los comportamientos irritantes de los jefes

En el boletín de Smart Brief on Leadership del pasado 14 de abril Dan Mc Carthy, experto en liderazgo y director de Programas de desarrollo Ejecutivo en UNH, recoge los comportamientos más irritantes de los directivos. Según el autor son los siguientes:

1.- No responder a las preguntas o requerimientos. Si un colaborador nos hace una pregunta o nos pide que hagamos algo no debemos ignorarle y esperar a que tenga que volver a hacerlo. Debemos contestar si, no o quizás o hacerles saber cuándo vas a tener una respuesta.

2.- Olvidar lo que les hemos pedido.

3.- Asignar la misma tarea a más de un profesional. Puede ser debido a un despiste o a buscar intencionadamente la competencia entre ambos. Los dos comportamientos molestan.

4.- No ser ejemplares (haz lo que digo pero no hagas lo que yo hago). Los líderes tienen que ejercer de modelos, no ser hipócritas.

5.- Aprovecharse de privilegios especiales. Por ejemplo viajar en clase business y que el resto del equipo viaje en clase turista. Existe una tradición entre los militares ( que ya hemos comentado en una entrada previa) de que los oficiales comen los últimos.

6.- Holgazanear. Algunos directivos se vuelven cómodos y vagos pero esperan que sus empleados sean muy productivos.

7.- No "ensuciarse" en las crisis. Ningún empleado debe hacer el trabajo del directivo de forma habitual, pero aprecian si éste se “ensucia las manos” y trabaja con ellos cuando es necesario.

8.- Prometer en exceso y hacer poco. Es frecuente en el caso de los líderes visionarios que tienen muchas grandes ideas pero raramente las persiguen para que se tornen en realidades. Con el tiempo pierden la credibilidad y la confianza de sus colaboradores.

9.- No escuchar y hacer muchas cosas al tiempo. Los profesionales son conscientes de cuando sus jefes no les están prestando atención, lo cual no es sólo irritante sino, también, una falta de respeto.

10.- Falta de sensibilidad a los signos de exceso de trabajo. El directivo sigue asignando tareas al colaborador, sin reparar en los signos de aviso de que éste está saturado y a punto de alcanzar sus límites.

11.- Criticar,  pelear y mantener malas relaciones con sus jefes y con el resto de directivos. Si no lo hacen serán los miembros de su equipo los que terminen padeciendo las consecuencias de la falta de cooperación con otros departamentos o de la falta de recursos y apoyos por parte de los niveles más altos de la organización.

12.- No entender ni apreciar el trabajo que hacen sus colaboradores. Una queja muy corriente es la de: “Mi jefe no tiene ni idea de lo que hago, ni de lo duro que trabajo”.

13.- Acaparar todos los créditos y no conceder ninguno. Es una forma segura de destruir la confianza y la lealtad.

14.- Retener y no compartir información vital. ¡La información es poder¡

15.- Microgestionar. Es el comportamiento más irritante que puede tener un jefe.

16.- No abordar los problemas de mal desempeño. A nadie le gusta ver cómo sus compañeros se salen con la suya sin tienen un bajo desempeño o posturas poco solidarias que van a perjudicar a todos.

17.- Tener favoritos. Es complicado actuar siempre con justicia, pero siempre empeorará la situación si pensamos que podemos ser amigos de nuestros subordinados, ya que suele volverse en nuestra contra.

18.- Mandar correos, mensajes o hacer llamadas en el tiempo de ocio de los profesionales y esperar una respuesta inmediata. Todos necesitamos tener un tiempo personal.

19.- Ser miserable. Los directivos con frecuencia tienen que adoptar medidas que implican “apretarse el cinturón”, pero existe una gran diferencia entre ser frugal y miserable ( dormir en un hotel más barato o hacer que duerman todos en una habitación común).

20.- Ser indeciso y convertirse en un “cuello de botella” al no tomar decisiones o emplear demasiado tiempo en hacerlo.

21.- Tratar de agradar a todos y cambiar las decisiones en función de las presiones recibidas.

22.- Traicionar confidencias. Ser cotilla. Es otra forma segura de erosionar la confianza.

23.- Tener cambios frecuentes de humor, ser emocionalmente volátil e impredecible.

24.- Nunca admitir un error. Este directivo se va a caracterizar por culpar rápidamente a los demás y señalarles sin avergonzarse por ello.

25.- “Hacer las cosas como yo quiero y  si no es así allí está la puerta”. Es el directivo que dice que las cosas se tienen que hacer de forma correcta que, curiosamente, coincide con su forma de hacerlas.

26.- No estar abierto a nuevas ideas y procurar aniquilarlas.

27.- Pensar que todo gira alrededor de él. Es el directivo egocéntrico que no tiene ningún interés por conocer el mundo de sus colaboradores.

28.- No estar disponible, estar siempre ocupado y no tener tiempo para reuniones individuales con sus colaboradores.

29.- Abusar del poder y ser un “bully”, con frecuencia de forma sutil.

30.- Ser pesimista y transmitir siempre que el vaso está medio vacío.

31.- Ser pedante y saber siempre todo y más que sus colaboradores: “Es una buena idea, pero de esta otra forma podemos mejorarla”.  

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